El Alguien:
el asesinato en la literatura fantástica
Jorge
Sánchez Jinéz
¿Hasta dónde los símbolos individuales pueden
ser universales? Si bien la teoría psicoanalítica nos ha enseñado que esto es
posible, en alguna medida, quiero citar un caso propio, pero que puede servir
al lector o escritor. Leyendo el libro Para
que la bruja no me coma. Fantasía y miedo de los niños al infanticidio,
encuentro un caso de una mujer adulta que, al encontrarse en tratamiento psicoanalítico,
habla sobre paredes de cristal que imaginaba de niña. La autora escribe:
Las
dos propiedades más importantes del cristal son su fragilidad y su transparencia.
Aparentemente, ambas eran necesarias para los propósitos de Sandra. Y
continúa: Si se sentía impulsada a
cometer una atrocidad y a la vez deseaba impedirlo, lo mejor era colocar los objetos
que deseaba destruir detrás de algo tan fácil de romper como el cristal. Si
consideramos que Sandra creaba esta fantasía cada vez que sentía el impulso de
matar, resulta evidente que su elección del cristal sólo podía estar destinada
a ayudarla a controlarse.
Sobre el tema, mi cuento El Alguien trata sobre dos personaje que al cabo de una plática
sobre el origen (del ser humano y del universo), descubren que ellos son personajes
de un cuento, y no seres humanos, como suponían, quizás, al inicio del mismo;
la trama avanza hasta el punto en que él, uno de los protagonistas la amenaza a
ella –que ha dado muchas de las respuesta a lo largo del cuento–, la amenaza
con asesinarla: Si tan sólo no fuera tan
cobarde y tuviera un arma la mataría.
Más adelante él tendrá un arma en las manos,
llevando el cuento hacia un final inesperado.
No obstante en un pasaje anterior ambos pasan
por una habitación de cristal, con paredes de cristal, donde todo está hecho de
ese material:
Luego
de cruzar el umbral estuvieron en una nueva habitación, construida totalmente
de cristal. El piso era transparente como el agua, las paredes eran murallas de
aire sólido, el techo era un enjambre de nubes traslúcidas. A donde ellos
dirigieran una mirada se encontraban con el cristal: en sus espaldas gobernaba
el cristal, el peso de sus pies lo sostenía una plancha de cristal. En el centro
de sus ojos brillaba el cristal proyectándose como en un espejo. Al levantar
las manos frente a sus rostros, entre los dedos de sus manos, se veía una
limpidez inexorable. El cristal se encontraba por todos lados, hasta en el eco
de una voz.
¿Hasta dónde esas paredes de cristal parecen pre
configurar el asesinato o intento del mismo que él desea practicar en ella? De acuerdo
con Bloch, el símbolo de cristal parece, en efecto, una contención contra el
asesinato en las fantasías de niños y escritores (el registro de Bloch, coincidente
el de mi historia, parece aludir al mismo sentimiento de impotencia o continencia
que será finalmente liberado, en la fantasía).
El Alguien lo escribí en 2008 aproximadamente. La lectura de Dorothy Bloch la realizo, ahora mismo, en 2023, concluyéndola en los primeros días de 2024.
Puedes encontrar mi libro El Alguien en Amazon, recuerda descargar
la app de Kindle para leerlo en tu celular.
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