viernes, 9 de febrero de 2024

La fábula de los tres hermanos

Sinopsis

“Había una vez tres hermanos que viajaban a la hora del crepúsculo por una solitaria y sinuosa carretera”. Al llegar a un río de infranqueables aguas agitaron sus varitas mágicas y apareció un puente. Pero de inmediato se encontraron con la Muerte. Esta los felicitó por sus poderes, pues normalmente los viajeros se ahogaban en el río, y les concedió un premio a cada uno. El hermano mayor, “que era un hombre muy combativo”, pidió la varita mágica más poderosa, capaz de ayudarle a vencer en todos los duelos. La Muerte construyó la varita de un saúco. El hermano mediano, “que era muy arrogante”, le pidió algo para resucitar a los muertos y la Muerte, a sabiendas de esa imposibilidad, le entregó una piedra que se hallaba a la vera del río. El hermano menor, “el más humilde y también el más sensato”, le pidió algo que simplemente “le permitiera marcharse de aquel lugar sin que ella pudiese seguirlo”. La Muerte “le entregó su propia capa invisible”. Los tres se marcharon.

Un día el hermano mayor sostuvo un duelo con un mago y, naturalmente, lo venció. Pero al quedarse dormido otro mago le robó la varita y le cortó el cuello. El hermano mediano tomó la piedra para revivir a los muertos, la giró en la palma de su mano y ante él apareció la imagen de la muchacha a la que amaba, pero estaba ya muerta. Él se suicidó para unirse a su amada. La Muerte se llevó al hermano mayor y al mediano, pero no encontró al hermano menor por muchos años. Cuando él era viejo se despojó de la capa, la regaló a su hijo. Así, pues, luego de vivir una larga vida “recibió a la Muerte como si fuera una vieja amiga, y se marchó con ella de buen grado. Y así, como iguales, ambos se alejaron de la vida”.

 

Dramatis personae

·      La Muerte. Se aparece frente a los tres hermanos que viajan juntos. Se lleva primero al hermano mayor, a quien entregó la varita mágica más poderosa. Se lleva después al hermano mediano, a quien entregó una piedra para resucitar a los muertos (a sabiendas de que eso no es posible). Por último se lleva al hermano menor, a quien entregó su propia capa invisible.

·      Hermano mayor. Era un hombre combativo y le pide a la Muerte una varita mágica con la cual pudiese ganar todos los duelos. Un día se enfrenta con un mago y como era de esperarse gana; pero mientras duerme, un segundo mago le arrebata la varita y le corta el cuello. Así la muerte se lo lleva.

·      Hermano mediano. Era un hombre arrogante. Le pidió a la Muerte algo para resucitar a los muertos y recibió una piedra con la cual pudo ver la mujer que amaba, pero como esta ya no estaba viva él se suicidó para reunirse con su amada.

·      Hermano menor. Era el más humilde y sensato de los hermanos. Le pidió a la Muerte su propia capa invisible. Así se escondió muchos años de ella y cuando era viejo le entrega la capa a su hijo y acepta la muerte de buena gana.

·      Mago 1. Es derrotado en un duelo por el hermano mayor.

·    Mago 2. Cuando el hermano mayor duerme le quita la varita mágica; después le corta el cuello.

·      Muchacha. Está muerta. Era la amada del hermano mediano.

·      Hijo. Cuando su padre era viejo se quitó la capa invisible y se la entrega a él.

 

Identificación de arquetipos

·      Cuaternidad è tres Hermanos y la Muerte

·      Doncella è Muchacha

·      Enamorados è Hermano Mediano y Muchacha

·      Hermanos è tres Hermanos

·      Héroe è Hermano Menor

·      Hijo è Hijo del Hermano Menor

·      Muerte è Muerte / tres Hermanos

·      Padre è Hermano Menor

·      Viejo sabio è Hermano Menor

 

Argumento

Por la noche, cada uno de los tres hermanos trataba de sentarse lo más lejos posible del fuego, por miedo a que alguien se le acercara cautelosamente por detrás, le arrojara un saco sobre su sombra y se la llevara, medio estrangulada, como una paloma negra.

…y el único que protestó fue el pequeño, pues tenía por costumbre cumplir sus promesas.

Marguerite Yourcenar, La leche de la muerte, en Cuentos Orientales

 

El arquetipo que se advierte de manera inicial en este cuento es la Cuaternidad, cuya forma se observa en “cuatro personas en un bote… cuatro colores… las cuatro estaciones del año, de una fuente que contiene cuatro nueces, del reloj del mundo cuya esfera está dividida en 4” (Jung, 1949). La Cuaternidad es una representación de la totalidad, de la unidad a donde el inconsciente y la conciencia operan juntos de manera armónica. Al final del cuento, esta armonía estará de manifiesto, pero antes Rowling mostrará al lector el recorrido necesario para llegar a ese punto. De la Cuaternidad se desprende el arquetipo de los Hermanos, que de acuerdo con Downing (1994) suelen acompañarse en los cuentos de hadas, “aventurándose juntos en el mundo exterior”. El inicio del cuento corresponde a la esencia del arquetipo: “había una vez tres hermanos que viajaban a la hora del crepúsculo por una solitaria y sinuosa carretera”, escribe Rowling (2008). De estos tres hermanos, a su vez, en dos de ellos surgirán otros arquetipos. Del primero, el Hermano mediano, se sabe que pide una piedra para resucitar a los muertos, lo cual es imposible, y al final se suicida para unirse a su amada, que representa el arquetipo de la Doncella, la mujer que espera ser rescatada por el héroe (Boeree, 2002), pero nada puede afirmarse si su aspecto es positivo o negativo pues no hay más información sobre ella. De este Hermano mediano, en cambio, podemos afirmar que el arquetipo del Héroe no surge por completo. Él emprende la búsqueda de su amada. Se sabe que “la tarea heroica es asimilar contenidos inconscientes antes que ser abatido por ellos” (Sharp, 1994). Pero en el Hermano mediano aquello no ocurre: todo lo contrario, se suicida para unirse a ella en la Muerte, arquetipo del cual sí puede afirmarse, en este momento de la historia, su carácter negativo, el Héroe se queda a la mitad del camino, abatido. Y el arquetipo de los Enamorados, que surge en el encuentro de esos dos personajes, se tiñe del mismo carácter, pues no aparece “la facultad de discernimiento respecto de la elección en el amor” (Céspedes y otros, 2010). La unión de los Enamorados sucede en la Muerte, jamás en la vida.

El Hermano menor es el segundo personaje a quien habrá que seguir, pues otros arquetipos se posicionarán en él a través de su amplio recorrido en el cuento. Del hermano mediano se sabe ya qué sucedió con él. Sobre el hermano mayor, pidió a la Muerte una varita mágica poderosa capaz de derrotar a todos los enemigos; pero otro mago le robó la varita y le cortó el cuello. Ninguno de los dos sorteó la Muerte. Sólo el Hermano menor, “el más humilde y también el más sensato”, le pidió algo que simplemente “le permitiera marcharse de aquel lugar sin que ella pudiese seguirlo”. Y la Muerte “le entregó su propia capa invisible” (Rowling, 2008), con lo cual se escondió de ella por muchos años, mientras le estuvo buscando. Con el tiempo, el que fuera el Hermano menor tuvo un Hijo, arquetipo “profundamente influido por su relación con su padre, su primer amigo masculino y su primer modelo de la tarea masculina”. Es de esperarse entonces que el Hermano menor, ahora convertido en Padre, le halla regalado la capa de invisibilidad, “los padres son héroes por derecho propio, que proveen comida, cobijo y, en lo posible, algunos lujos… los padres son un modelo de fuerza y control, física y emocionalmente, y aseguran un legado” (Ledbetter, citado en Downing, 1994). Este nuevo Padre le asegura una vida a su Hijo al regalarle su capa de invisibilidad. Y con ello no sólo establece su legado, sino también se apropia del arquetipo del Viejo sabio, aquel que “aparece en los sueños disfrazado de mago, médico, sacerdote, maestro, abuelo o de cualquier otra persona que posea autoridad” (Sharp, 1994). Es de notar que este Hermano menor le entrega la capa a su Hijo cuando contaba con una edad avanzada y luego de vivir una larga vida. Pero el arquetipo del sénex o Viejo sabio vivió en el Hermano menor desde siempre: “el senex: lo tenemos ahí desde el principio como ocurre con todos los factores arquetípicos, se halla en el niño pequeño que sabe y dice «sé» y «mío» con toda la intensidad de su ser” (Hillman, citado en Downing, 1994). El Viejo sabio apareció en el Hermano menor desde que le pidió a la Muerte algo que “le permitiera marcharse de aquel lugar sin que ella pudiese seguirlo” (Rowling, 2008). Entonces la Muerte aparece una vez más en la historia, pero esta vez en su aspecto positivo, como una “una exigencia normal de la vida”, como un requisito infranqueable. Se dice que quien ha vivido de acuerdo a sus fantasías entiende la muerte como “ese final no problemático de la existencia” (Jung, 1997). Y así ha sucedió con el Hermano menor, quien “recibió a la Muerte como si fuera una vieja amiga, y se marchó con ella de buen grado. Y así, como iguales, ambos se alejaron de la vida” (Rowling, 2008). En este punto, la Cuaternidad se cierra de manera positiva, aun cuando tuvo momentos desfavorables, como el caso de los hermanos mayor y mediano. Los antiguos filósofos de la naturaleza consideraron una trinidad esencial: agua, aire y fuego. “La cuarta parte integrante era el sómaton, la tierra o el cuerpo… con el cuarto elemento los filósofos medievales de la naturaleza referíanse, sin duda alguna, a la tierra y a la mujer”. En el cuento La fábula de los tres hermanos están presentes el agua, el aire y el fuego, son los tres Hermanos. Y la Muerte, figura femenina sin duda alguna, se apersona como el cuarto elemento, “la matrix, la tierra madre de la cuaternidad” (Jung, 1949). Desde el inicio los Hermanos mayor y mediano se fueron con la Muerte, algo temprano, y al final también el Hermano menor la acompañó, pero este vivió una vida feliz, tanto así que la recibió como una vieja amiga, “como iguales, ambos se alejaron de la vida”, escribe Rowling (2008). La tierra, la matrix, vino a conformar la Cuaternidad, arquetipo que representa la totalidad, el estado en el cual “la conciencia y el inconsciente operan juntos en armonía” (Jung, 1949), quizás como la Muerte y el Hermano menor, hay que apuntar. La tierra ha venido a tomar lo que es suyo y le pertenece por derecho propio. El triunfo de la vida sobre la muerte o de la muerte sobre la vida, o de la armonía de ambos, el “el círculo cuadrado” (Jung, 1949).

 

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Análisis arquetípico de Los cuentos de Beedle el Bardo

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La fábula de los tres hermanos

Sinopsis

“Había una vez tres hermanos que viajaban a la hora del crepúsculo por una solitaria y sinuosa carretera”. Al llegar a un río de infranqueables aguas agitaron sus varitas mágicas y apareció un puente. Pero de inmediato se encontraron con la Muerte. Esta los felicitó por sus poderes, pues normalmente los viajeros se ahogaban en el río, y les concedió un premio a cada uno. El hermano mayor, “que era un hombre muy combativo”, pidió la varita mágica más poderosa, capaz de ayudarle a vencer en todos los duelos. La Muerte construyó la varita de un saúco. El hermano mediano, “que era muy arrogante”, le pidió algo para resucitar a los muertos y la Muerte, a sabiendas de esa imposibilidad, le entregó una piedra que se hallaba a la vera del río. El hermano menor, “el más humilde y también el más sensato”, le pidió algo que simplemente “le permitiera marcharse de aquel lugar sin que ella pudiese seguirlo”. La Muerte “le entregó su propia capa invisible”. Los tres se marcharon.

Un día el hermano mayor sostuvo un duelo con un mago y, naturalmente, lo venció. Pero al quedarse dormido otro mago le robó la varita y le cortó el cuello. El hermano mediano tomó la piedra para revivir a los muertos, la giró en la palma de su mano y ante él apareció la imagen de la muchacha a la que amaba, pero estaba ya muerta. Él se suicidó para unirse a su amada. La Muerte se llevó al hermano mayor y al mediano, pero no encontró al hermano menor por muchos años. Cuando él era viejo se despojó de la capa, la regaló a su hijo. Así, pues, luego de vivir una larga vida “recibió a la Muerte como si fuera una vieja amiga, y se marchó con ella de buen grado. Y así, como iguales, ambos se alejaron de la vida”.

 

Dramatis personae

·      La Muerte. Se aparece frente a los tres hermanos que viajan juntos. Se lleva primero al hermano mayor, a quien entregó la varita mágica más poderosa. Se lleva después al hermano mediano, a quien entregó una piedra para resucitar a los muertos (a sabiendas de que eso no es posible). Por último se lleva al hermano menor, a quien entregó su propia capa invisible.

·      Hermano mayor. Era un hombre combativo y le pide a la Muerte una varita mágica con la cual pudiese ganar todos los duelos. Un día se enfrenta con un mago y como era de esperarse gana; pero mientras duerme, un segundo mago le arrebata la varita y le corta el cuello. Así la muerte se lo lleva.

·      Hermano mediano. Era un hombre arrogante. Le pidió a la Muerte algo para resucitar a los muertos y recibió una piedra con la cual pudo ver la mujer que amaba, pero como esta ya no estaba viva él se suicidó para reunirse con su amada.

·      Hermano menor. Era el más humilde y sensato de los hermanos. Le pidió a la Muerte su propia capa invisible. Así se escondió muchos años de ella y cuando era viejo le entrega la capa a su hijo y acepta la muerte de buena gana.

·      Mago 1. Es derrotado en un duelo por el hermano mayor.

·      Mago 2. Cuando el hermano mayor duerme le quita la varita mágica; después le corta el cuello.

·      Muchacha. Está muerta. Era la amada del hermano mediano.

·      Hijo. Cuando su padre era viejo se quitó la capa invisible y se la entrega a él.

 

Identificación de arquetipos

·      Cuaternidad è tres Hermanos y la Muerte

·      Doncella è Muchacha

·      Enamorados è Hermano Mediano y Muchacha

·      Hermanos è tres Hermanos

·      Héroe è Hermano Menor

·      Hijo è Hijo del Hermano Menor

·      Muerte è Muerte / tres Hermanos

·      Padre è Hermano Menor

·      Viejo sabio è Hermano Menor

 

Argumento

Por la noche, cada uno de los tres hermanos trataba de sentarse lo más lejos posible del fuego, por miedo a que alguien se le acercara cautelosamente por detrás, le arrojara un saco sobre su sombra y se la llevara, medio estrangulada, como una paloma negra.

…y el único que protestó fue el pequeño, pues tenía por costumbre cumplir sus promesas.

Marguerite Yourcenar, La leche de la muerte, en Cuentos Orientales

 

El arquetipo que se advierte de manera inicial en este cuento es la Cuaternidad, cuya forma se observa en “cuatro personas en un bote… cuatro colores… las cuatro estaciones del año, de una fuente que contiene cuatro nueces, del reloj del mundo cuya esfera está dividida en 4” (Jung, 1949). La Cuaternidad es una representación de la totalidad, de la unidad a donde el inconsciente y la conciencia operan juntos de manera armónica. Al final del cuento, esta armonía estará de manifiesto, pero antes Rowling mostrará al lector el recorrido necesario para llegar a ese punto. De la Cuaternidad se desprende el arquetipo de los Hermanos, que de acuerdo con Downing (1994) suelen acompañarse en los cuentos de hadas, “aventurándose juntos en el mundo exterior”. El inicio del cuento corresponde a la esencia del arquetipo: “había una vez tres hermanos que viajaban a la hora del crepúsculo por una solitaria y sinuosa carretera”, escribe Rowling (2008). De estos tres hermanos, a su vez, en dos de ellos surgirán otros arquetipos. Del primero, el Hermano mediano, se sabe que pide una piedra para resucitar a los muertos, lo cual es imposible, y al final se suicida para unirse a su amada, que representa el arquetipo de la Doncella, la mujer que espera ser rescatada por el héroe (Boeree, 2002), pero nada puede afirmarse si su aspecto es positivo o negativo pues no hay más información sobre ella. De este Hermano mediano, en cambio, podemos afirmar que el arquetipo del Héroe no surge por completo. Él emprende la búsqueda de su amada. Se sabe que “la tarea heroica es asimilar contenidos inconscientes antes que ser abatido por ellos” (Sharp, 1994). Pero en el Hermano mediano aquello no ocurre: todo lo contrario, se suicida para unirse a ella en la Muerte, arquetipo del cual sí puede afirmarse, en este momento de la historia, su carácter negativo, el Héroe se queda a la mitad del camino, abatido. Y el arquetipo de los Enamorados, que surge en el encuentro de esos dos personajes, se tiñe del mismo carácter, pues no aparece “la facultad de discernimiento respecto de la elección en el amor” (Céspedes y otros, 2010). La unión de los Enamorados sucede en la Muerte, jamás en la vida.

El Hermano menor es el segundo personaje a quien habrá que seguir, pues otros arquetipos se posicionarán en él a través de su amplio recorrido en el cuento. Del hermano mediano se sabe ya qué sucedió con él. Sobre el hermano mayor, pidió a la Muerte una varita mágica poderosa capaz de derrotar a todos los enemigos; pero otro mago le robó la varita y le cortó el cuello. Ninguno de los dos sorteó la Muerte. Sólo el Hermano menor, “el más humilde y también el más sensato”, le pidió algo que simplemente “le permitiera marcharse de aquel lugar sin que ella pudiese seguirlo”. Y la Muerte “le entregó su propia capa invisible” (Rowling, 2008), con lo cual se escondió de ella por muchos años, mientras le estuvo buscando. Con el tiempo, el que fuera el Hermano menor tuvo un Hijo, arquetipo “profundamente influido por su relación con su padre, su primer amigo masculino y su primer modelo de la tarea masculina”. Es de esperarse entonces que el Hermano menor, ahora convertido en Padre, le halla regalado la capa de invisibilidad, “los padres son héroes por derecho propio, que proveen comida, cobijo y, en lo posible, algunos lujos… los padres son un modelo de fuerza y control, física y emocionalmente, y aseguran un legado” (Ledbetter, citado en Downing, 1994). Este nuevo Padre le asegura una vida a su Hijo al regalarle su capa de invisibilidad. Y con ello no sólo establece su legado, sino también se apropia del arquetipo del Viejo sabio, aquel que “aparece en los sueños disfrazado de mago, médico, sacerdote, maestro, abuelo o de cualquier otra persona que posea autoridad” (Sharp, 1994). Es de notar que este Hermano menor le entrega la capa a su Hijo cuando contaba con una edad avanzada y luego de vivir una larga vida. Pero el arquetipo del sénex o Viejo sabio vivió en el Hermano menor desde siempre: “el senex: lo tenemos ahí desde el principio como ocurre con todos los factores arquetípicos, se halla en el niño pequeño que sabe y dice «sé» y «mío» con toda la intensidad de su ser” (Hillman, citado en Downing, 1994). El Viejo sabio apareció en el Hermano menor desde que le pidió a la Muerte algo que “le permitiera marcharse de aquel lugar sin que ella pudiese seguirlo” (Rowling, 2008). Entonces la Muerte aparece una vez más en la historia, pero esta vez en su aspecto positivo, como una “una exigencia normal de la vida”, como un requisito infranqueable. Se dice que quien ha vivido de acuerdo a sus fantasías entiende la muerte como “ese final no problemático de la existencia” (Jung, 1997). Y así ha sucedió con el Hermano menor, quien “recibió a la Muerte como si fuera una vieja amiga, y se marchó con ella de buen grado. Y así, como iguales, ambos se alejaron de la vida” (Rowling, 2008). En este punto, la Cuaternidad se cierra de manera positiva, aun cuando tuvo momentos desfavorables, como el caso de los hermanos mayor y mediano. Los antiguos filósofos de la naturaleza consideraron una trinidad esencial: agua, aire y fuego. “La cuarta parte integrante era el sómaton, la tierra o el cuerpo… con el cuarto elemento los filósofos medievales de la naturaleza referíanse, sin duda alguna, a la tierra y a la mujer”. En el cuento La fábula de los tres hermanos están presentes el agua, el aire y el fuego, son los tres Hermanos. Y la Muerte, figura femenina sin duda alguna, se apersona como el cuarto elemento, “la matrix, la tierra madre de la cuaternidad” (Jung, 1949). Desde el inicio los Hermanos mayor y mediano se fueron con la Muerte, algo temprano, y al final también el Hermano menor la acompañó, pero este vivió una vida feliz, tanto así que la recibió como una vieja amiga, “como iguales, ambos se alejaron de la vida”, escribe Rowling (2008). La tierra, la matrix, vino a conformar la Cuaternidad, arquetipo que representa la totalidad, el estado en el cual “la conciencia y el inconsciente operan juntos en armonía” (Jung, 1949), quizás como la Muerte y el Hermano menor, hay que apuntar. La tierra ha venido a tomar lo que es suyo y le pertenece por derecho propio. El triunfo de la vida sobre la muerte o de la muerte sobre la vida, o de la armonía de ambos, el “el círculo cuadrado” (Jung, 1949).

 

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