domingo, 17 de enero de 2021

El Panóptico en la literatura

Jorge Sánchez Jinéz

 

El concepto de Panóptico fue utilizado originalmente para designar un retablo, en cuyo centro se encuentra una torre o atalaya que permite ver la cárcel completa, las celdas que se ubican alrededor de ella, para así poder vigilarlas, estableciendo así una situación de control sobre los presos.

Ahora bien, este Panóptico, que parte de la arquitectura sería retomado por Michel Foucault, quien al adaptarlo a su teoría sobre el poder lo dotaría de acepciones relativas al control, el sometimiento, y la superioridad de una posición psicológica, social o económica.

En ese sentido, hay algunas obras literarias que adoptan dicho concepto; un ejemplo es la novela El Sistema, de Ricardo Menéndez Salmón, ganadora del premio Biblioteca Breve 2016. La historia cuenta la vida de un constructo geográfico, ordenado en archipiélagos, que, en conjunto, llevan el de la novela; este sistema, ha tenido periodos temporales Protohistoria, Historia Antigua, Historia Moderna e Historia Nueva, éste último es donde se desarrolla la trama. En ella, el encargado de registrar los hechos es el Narrador, como las guerras, crisis políticas, movimientos económicos, etc.

Entre ese barullo de eventos, lugares, personajes (siempre señalados en genérico, y con mayúsculas), destaca la aparición del Panóptico, un lugar donde:

“Fuera de la Estación existe un perímetro de seguridad: cemento y hormigón, ladrillo y hangares, casamatas y enseres de intendencia, cuadrículas cerradas, bosques de antenas, bloques espartanos, una soberbia torre de vigilancia: el Panóptico. El personal que lo habita es enigmático, una policía invisible. Más allá de ese arco protector están las carreteras, las ciudades, la vida estipulada, ordenada y comunitaria, de los Atributos y los Accidentes”.

Es decir, aquí encontramos la inserción del concepto foucaultiano, y/o bien del simple uso de la palabra, como se hacía en arquitectura, no lo sabemos; pero finalmente, como notamos en el texto citado, ambos conceptos convergen. Así, notamos, además de dicha inclusión, la habilidad escritural del autor para colocar un concepto científico y/o histórico en una narrativa, la propia, que, sin salir de un contexto marcado desde el inicio de la obra, encaja de manera íntegra; una capacidad peculiar del autor.

Por otro lado, la inserción de una palabra científica no es única en la literatura, ya se ha hecho en otros momentos y la vemos con otros autores -digamos, Ray Bradbury, quien en Farenheit 451, o en cuentos como El peatón pone de manifiesto este concepto bajo una policía hiper vigilante -dedicada a capturar y someter a quienes conservan libros, en mundo donde quedan prohibidos-, que, simbólicamente, termina siendo un panóptico.

Así, pues, El Sistema de Ricardo Menéndez Salmón se enmarca dentro de esta clasificación panóptica.

Cómo apunte final habría que señalar que el archipiélago que conforma El Sistema no es sólo geográfico, sino también literario, la narración está dividida en fragmentos: archipiélagos literarios que coinciden con los descritos dentro de la novela.

Y esa convergencia, ese coincidir, es, al parecer, un disfrute particular de dicha obra.



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