Cinco cuentos sobre vida después de la muerte,
reanimación, resucitación
Jorge Sánchez Jinéz
En este primer apartado
tendríamos que empezar, necesariamente, con un cuento de la escritora británica
J.K. Rowling, por demás conocida gracias a su saga sobre Harry Potter, que en está
ocasión nos servirá de referente para hablar de otra de sus obras, un compendio
titulado Los cuentos de Beedle el Bardo, una colección de historias breves,
una de ellas es el objeto de este tema: El corazón peludo del brujo, un cuento
sobre el amor más allá de la muerte que un mago sienten por su amada, pero que,
no obstante el intento de este por traerla de vuelta a la vida, fracasa; desde
luego, el mago mediante el uso de una piedra maravillosa que gira en su mano,
intenta dicho artilugio, que falla, pues la amada aparece sólo un momento en el
mundo de los vivos, pero no pertenece a él; como la propia Rowling
argumentaría, no hay artilugio capaz de regresar a los vivos a este mundo. Cómo
sea, bien mencionaba al inicio que este relato es el punto de partida para
hablar de otros.
El siguiente cuento que me
viene a la memoria es Herbert West, reanimador, de H.P. Lovecraft,
escritor estadounidense, creador del llamado horror cósmico -que debe su
nombre, precisamente, a los encuentros, sucesos y aventuras que los personajes
de sus historias experimentan con elementos de universos desconocidos, seres
inter dimensionales, y elementos mágicos, entre otros-. Cómo sea, en esta historia
Lovecraft narra la vida de un joven médico que, junto a su compañero y ayudante,
logra experimentar en los cuerpos de muertos. El médico practica distintas
técnicas de reanimación, para devolver la vida a los seres ya extintos; quiere,
por decirlo así, resucitarlos, restituir el soplo de vida que tienen los vivos,
y los muertos no; como sea, West, consigue hacerse con numerosos cuerpos a lo
largo de su carrera como médico y reanimador (numerosos, considerando lo
difícil que resultaría tal acción); West obtiene cadáveres frescos de distintos
lugares como la propia facultad, y, más adelante, de alguna guerra, en la que,
precisamente, encuentra el cuerpo más recientemente fallecido, y al cual le
aplica una técnica que lo hace proferir un horrible y estremecedor quejido, que
lleva a éste a levantarse y, finalmente, a estremecerse y matar a su propio
creador.
Un tercer cuento, más bien
versión cinematográfica, del tema, es la serie Fringe, creada por J.J.
Abrams, quien, junto con un amplio equipo ha desarrollado una historia compleja
sobre ciencia y los límites que implica en la vida cotidiana, pero, sobre todo,
en casos policiacos, que la agente Dunham resolverá junto a Peter Bishop, y
Walter Bishop, padre de este último y científico loco, a quien sacaron de su
encierro, un manicomio, de manera expresa para esta situación. Dunham, es ayudada,
también, por otros personajes como Charlie, policía y compañero suyo; algunas
sorpresas, por cierto, se encontrarán allí. En fin, una seria cautivadora, en
cuyos capítulos, o que, en uno de ellos, explorará el tema de la muerte después
de la vida, o la reanimación: una experiencia de la cual logran rescatar un
cuerpo, analizan sus pupilas para encontrar los últimos instantes de vida; la
compañía encargada del trabajo es Massive Dynamic.
El cuarto cuento, o historia novelada es Frankenstein,
de Mary Shelley, quien, en un invierno, encerrada con unos amigos se
propuso el reto de relatar una historia sombría, cuyo resultado es, y fue para
ella, Frankenstein. La trama, harto conocida, relata la vida del doctor
Víctor Frankenstein, estudiante de medicina, cuya labor se centra, en algún
momento de la historia, en recrear un ser (no un ser humano), a partir de
retazos de cadáveres, de seres ya fenecidos; estos mismos seres, parecen ser el
reflejo de lo que busca el engendro (jamás denominado con el nombre de su
creador, como ha mencionado la cultura popular: él es el creador, no la
creación); así, el monstruo se revela frente a su inventor, y acarrea
desgracias donde sucumben los integrantes de su familia; la novela concluye con
la muerte de Víctor Frankenstein, mientras
que el monstruo, arrojándose en el mar, para perderse, queda en el total
olvido.
La tradición popular nos ha
traído la resurrección de Cristo (Jesús convertido o alcanzando el estado
crístico, Jesús Cristo), como la más conocida de las categorías aquí dispuestas:
la resurrección. Y más allá de los evangelios, los cuales, no obstante, hablan
de este hecho primordial, Jesús es el redivivo más celebre de la historia, no
reanimado, como en los casos de West o Frankenstein; ese es Jesús, el Cristo
resucitado, de quien hemos dicho ya que el cristo es un estado de conciencia,
un modo limpio y puro de ser y estar en el mundo, aun cuando él no es del
mundo. Como referente literario, tenemos la Biblia, cuyo significado
es el Libro, y que alberga los eventos posteriores al hecho: la aparición a
María y los apóstoles, luego de lo cual Jesús ascendió al cielo, en cuerpo y
alma, trascendiendo, así, la vida después de la muerte.
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