miércoles, 15 de marzo de 2023

 Micro biografías en narrativa ¿Qué son?

Jorge Sánchez Jinéz

 

Dentro de narrativa especialmente en la novela, aunque también en el cuento, existe una serie de datos que se dan acerca de los personajes, para ubicar, extender, añadir o precisar datos de los mismos. Me gustaría compartir algunos ejemplos de ello para aclarar la cuestión. En la novela El silencio de los corderos, de Thomas Harris, cuando la agente especial Starling está muy cerca de encontrar al asesino de la novela, Buffalo Bill, cuestionándose si podría encontrarlo a él y encontrar con vida a la muchacha –la última– que tenía secuestrada, se preguntó acerca, rápido, sobre su árbol genealógico:

Hacía tiempo que Clarice sospechaba, llena de sentimientos de culpabilidad, que la suerte de los Starling llevaba como mínimo un par de siglos mostrándose adversa, que todos los Starling no habían hecho más que deambular confusos y enfurecidos por entre las nieblas del tiempo. Que si se pudiesen descubrir los rastros del primer Starling, el camino que trazaban era un círculo. Ése era el razonamiento clásico del fracasado y maldita si iba a permitirse refocilarse con él.

El resto de la novela el lector lo descubrirá, así como el final, atraparán o no a Buffalo Bill. Un segundo ejemplo –de mis favoritos– acerca de micro biografías se encuentra en el clásico El perfume, de Patrick Süskind, quien para rematar la vida de la madre de Grenouille, después de que lo pariera, escribe:

Entonces, de modo inesperado, la criatura que yace bajo la mesa empieza a gritar. Todos se vuelven, descubren al recién nacido entre un enjambre de moscas, tripas y cabezas de pescado y lo levantan. Las autoridades lo entregan a una nodriza de oficio y apresan a la madre. Y como ésta confiesa sin ambages que lo habría dejado morir, como por otra parte ya hiciera con otros cuatro, la procesan, la condenan por infanticidio múltiple y dos semanas más tarde la decapitan en la Place de Gréve.

Ella confiesa y la historia cierra pronto.

Un tercer ejemplo, propio, se encuentra en mi cuento Víctor Chandley, multiasesino, donde se dice:

Víctor Chandley era su nombre. Como todo personaje de cuento fantástico, provino de la imaginación. Resueltamente su autor decidió que caminara por un sendero hecho de polvo de estrellas –blanco muy fino–, bordeado por piedrecillas de río que recordaran la piedra filosofal de los alquimistas, y pensó que de pronto encontraría un prado lleno de flores, a donde un aroma a nido de pájaro le guiaría hasta una mujer que, nacida en una novela rosa del siglo antepasado, percibiría su figura encorvada.

La cita obedece más al protagonista, Víctor, pero si se pone atención, la referencia a la mujer, es una micro biografía; el personaje Chandley encontrará, después de esta historia, otras a donde, sin el permiso previo del escritor, realizará destrozos literarios –cambiar nombres de obras célebres, como el Quijote–, así como alterar la gramática de las oraciones y la edagarallanpoenia, una horrible costumbre de arrojar gatos negros a otros personajes; este cuento se recopila con otro que se titula El Alguien

Desde luego, al azar, podría mencionar otros grandes cuentistas que utilizan este recurso para describir o razonar con brevedad, no importa si en el cuento o la novela, pero sí para enriquecer, como dijimos, la vida de los personajes. Cortázar, Borges, y García Márquez –guardando distancia con el autor–, son ejemplos de ello. 


 


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